Con la llegada del buen tiempo y del calor, apetece comer platos ligeros y frescos. En esta época del año dejamos a un lado los platos de cuchara y nos sentimos más dispuestos a comer ensaladas, cremas y zumos.
En verano las ensaladas siempre han sido, y serán, un gran acierto. Además de ser un plato de muy fácil de preparar, también es muy versátil, ya que nos permite ser creativos en la cocina y adaptar el plato al gusto de cada uno.
Como decíamos, el ingrediente principal de nuestra ensalada no ha de ser siempre la lechuga, sino que hay otros como la pasta, el arroz, la fruta o la quinoa, que también le darán un toque riquísimo y diferente a nuestra ensalada.
Para la receta de hoy vamos a emplear la quinoa como base de nuestra ensalada, un cereal con un alto aporte en fibra que es de gran ayuda para controlar los niveles de colesterol en sangre, en dietas diabéticas. También es un alimento ideal para veganos o celiacos, debido a su alto nivel en proteínas vegetales y está libre de gluten.
Empezaremos su preparación lavando la quinoa antes de cocerla, ya que contiene saponinas que puede que amarguen el plato. Es por ese motivo que se recomienda lavar la quinoa antes de consumirla, removiendo y enjuagando un par o tres de veces.
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- Vamos a poner un cazo de agua a hervir y le echamos la quinoa, que dejaremos hervir a fuego medio hasta que esté lista (15 minutos de cocción).
- Mientras tanto vamos a cortar y lavar la lechuga, pelar y rallar la zanahoria, que añadiremos a la ensalada.
- En cuanto la quinoa esté lista, la dejaremos enfriar.
- Para finalizar, mezclaremos la lechuga y la zanahoria con la quinoa, le añadiremos las aceitunas y aliñaremos al gusto.
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Nota: Dado que el historial de salud y las necesidades nutricionales de cada persona son muy diferentes, asegúrese de hablar con su médico y un dietista registrado para obtener consejos sobre la dieta y el plan de ejercicios adecuados para usted.