Aunque llevamos un ritmo de vida muy ajetreada, es esencial disponer de tiempo para dedicarlo a uno mismo. La rutina diaria nos absorbe y hace que nos olvidemos de nosotros mismos, parece que vivimos por y para las obligaciones y compromisos, que consumen la mayor parte de nuestro tiempo.
Se trata de ser capaces de compaginar nuestra vida y quehaceres diarios con la vida propia sin remordimientos. Deja de pensar que eres una persona egoísta por no estar dedicando tiempo a otros, o por no estar trabajando más de 8 horas. Recuerda que lo más importante es tu bienestar físico y emocional.
¿Qué tal si pruebas a incluir este hábito saludable en tu rutina?
Empieza por dedicar un día de la semana o unas horas del día, a tu cuidado. Haz cosas dirigidas únicamente a ti, dedícate tiempo de calidad, sin prisas ni pensando en preocupaciones. Concentrarnos en nosotros mismos nos ayudará a conocernos mejor y a ser consciente de nuestras propias capacidades.
Sentirse bien emocionalmente forma parte del bienestar de uno mismo, una persona sana mentalmente es aquella que es capaz de mantener el equilibrio entre sus deseos y la realidad, entre sus proyectos y sus capacidades, entre sus necesidades y sus posibilidades, entre su dependencia y la relación con los demás.
¿Qué hago para concentrarme en mi mismo?
Te mostramos algunas prácticas que te ayudaran a mejorar tu paz interior y a mantener tu cuerpo en equilibrio con tu mente:
- Dedicar tiempo a las personas importantes que hay en tu vida. No dejes que las obligaciones te alejen de tus seres más queridos, pasar tiempo con tus amigos y sacar unas buenas carcajadas ayudaran a mejorar tu estado de ánimo.
- Convertir nuestro tiempo libre en prioridad. Una buena salud emocional también depende del tiempo que dediquemos a hacer algo que nos guste; escuchar música, ir al cine o a un concierto, salir a caminar por la montaña, leer un buen libro…
- Practicar ejercicio físico contribuye a nuestra salud física y mental. El hecho de practicar deporte contribuye al bienestar de la persona y mejora su estado de ánimo debido a la producción de endorfinas, también aumenta la autoestima, minimiza los síntomas de depresión, el insomnio, ¡y combate el estrés!
- Confiar en uno mismo. La confianza es primordial para saber cuáles son nuestras capacidades, ponernos límites y saber hasta dónde podemos llegar.
- Mantener el equilibrio emocional. Ser una persona equilibrada lleva consigo un gran trabajo interior, podría traducirse en madurar interiormente, en crecer como personas. Cabe destacar que alcanzar el equilibrio emocional es un paso importante, pero no definitivo, y que depende de muchos factores (relaciones sociales, situaciones, entorno…).
¡Lo principal en tu vida eres tú! Cuidarte también significa ser conscientes de nuestras capacidades y limites, decir «no» a veces también está bien.
Nota: Dado que el historial de salud y las necesidades nutricionales de cada persona son muy diferentes, asegúrese de hablar con su médico y un dietista registrado para obtener consejos sobre la dieta y el plan de ejercicios adecuados para usted.