¿Quién no se ha planteado alguna vez empezar una dieta saludable?
Llegar al supermercado, comprar fruta y verdura fresca y llegar a casa con la intención de preparar un plato fresco y veraniego. Pero a veces, estamos demasiado ocupados con nuestro trabajo y compromisos familiares y terminamos pidiendo una pizza en lugar de preparar el plato que teníamos pensado. Al final, toda nuestra fruta y verdura fresca se echa a perder.
Afortunadamente, ¡no es necesario ser un maestro en la cocina ni tener maquinas complejas para conservar nuestros ingredientes saludables! Aquí te dejamos algunos trucos y consejos:
- Haz tus propios encurtidos: Una manera fácil de conservar tus ingredientes es hacer nuestros propios encurtidos para hacer ensaladas frescas y veraniegas.
Primero selecciona tus vegetales y fruta (¡sí, fruta!). Además del pepino tradicional, puedes añadir maíz, judías verdes, pimientos, arándanos, cerezas…
Segundo, prepara tu salmuera: Hierve dos tazas de agua junto con una taza de vinagre blanco destilado, dos cucharaditas de sal, dos cucharaditas de azúcar y añade las especias que mejor te combinen. Puedes probar con semillas de cilantro, mostaza, granos de pimienta negra…
Coloca las verduras o frutas en frascos y vierte suficiente salmuera para cubrirlas y déjalas que se empapen durante la noche. Consérvalas en tu frigorífico y tendrás un encurtido rápido de hacer que se mantendrá fresco durante un máximo de 2 meses.
CONSEJO DEL CHEF: ¡Mezclar! En lugar de vinagre blanco, use vinagre de vino blanco o vinagre de sidra de manzana para obtener un sabor más dulce.
- Haz fruta deshidratada: ¿No tienes deshidratador de alimentos? ¡No hay problema! Puedes secar fruta con el horno de casa.
Primero debes precalentar el horno a 50 – 60 grados, utiliza la temperatura más baja para deshidratar fruta en rodajas finas. Lava y pela las frutas, y haz pequeñas rodajas que tengan el mismo tamaño. Cubre una bandeja, asegurándote que las piezas de fruta no se toquen para hornear con papel de parafina.
Mientras tanto… ¡Relájate! Lee, haz ejercicio o sal a dar una vuelta. Verifica que la fruta se va haciendo en las próximas horas y dale la vuelta según sea necesario para conseguir un secado uniforme.
Entre dos y ocho horas más tarde, dependiendo del tamaño de la fruta y el nivel de secado deseado, ¡la fruta estará lista! Las rebanadas delgadas de manzana durarán menos de dos horas, las ciruelas, las peras, los melocotones, los plátanos y las rodajas de manzana más gruesas pueden tardar unas seis horas, las uvas entre ocho y diez horas, y las cerezas, las fresas y los albaricoques pueden tardar hasta 12 horas.
CONSEJO DEL CHEF: Cuando la fruta esté seca, déjala reposar en un recipiente abierto durante cuatro o cinco días para que se evapore la humedad adicional. ¡Entonces, sella los envases y disfruta de frutas secas hasta 10 meses!
- Convierte a tu congelador en el mejor amigo de tus frutas y verduras: Es fácil congelar frutas y verduras y guardarlas para otro día. Para preparar las verduras para la congelación, comienza por enjuagarlas y secarlas para evitar que se congelen. Luego pela y corta las frutas más grandes. Después coloca tus frutas y verduras en diferentes bandejas individuales en el congelador. Esta distribución te asegurará que cada producto se congele de manera individual en lugar de hacerse un gran bloque.
Las verduras congeladas se mantendrán entre 8 – 12 meses, y las frutas congeladas se mantendrán hasta 3 meses.
CONSEJO DEL CHEF: ¡Utiliza las frutas congeladas para hacer batidos!
- Haz salsa de tomate fácil de congelar. Siempre es útil tener salsa de tomate para esas noches en las que simplemente no se tiene ganas de cocinar, así que ¿por qué no hacer un lote rápido y congelarlo tú mismo?
Si no quieres pieles en la salsa, hierve agua, y deja caer los tomates, retíralos 30 segundos después y quítale la piel al tomate. Una vez limpios, es hora de cortar los tomates. Usa un cuchillo o una licuadora. Calienta aceite de oliva y añade un poco de cebolla ajo y los tomates picados. Cocínalos a fuego medio-bajo durante una hora y media o dos horas, dependiendo de lo densa que desees la salsa, por último, añade sal y pimienta al gusto. Deja que la salsa se enfríe y luego congélalo en porciones individuales o familiares en recipientes para congelar. Aguantará entre 12-18 meses.
CONSEJO DEL CHEF: Cuando los tomates estén cocinándose, añade otras verduras trituradas o en cubitos para tener una salsa con más sabor y nutrientes. Si te gusta la salsa más espesa, añade más tomate triturado.
Nota: Dado que el historial de salud y las necesidades nutricionales de cada persona son muy diferentes, asegúrese de hablar con su médico y un dietista registrado para obtener consejos sobre la dieta y el plan de ejercicios adecuados para usted.